“JORGE CAMPOS” es una de esas combinaciones de
palabras que al consultarlas en un diccionario de sinónimos debería salir la
palabra “BONSAI” con mayúsculas.
Jorge es una historia vinculada al bonsái con
más de 35 años de antigüedad. Su historia empieza como tantas otras a la edad
de 21 años paseando por un mercadillo le llamó la atención un pequeño limonero
con su fruto verde. Tuvo la gran
suerte en ese momento de poder llevarlo a su casa donde vivieron juntos durante
2 años; pasados los cuales murió. ¿Os suena familiar la historia?
Por suerte para los aficionados, fue tal su
decepción que se interesó la causa
por la cual ocurrió ese hecho tan desagradable; búsqueda esta que hizo que
fructificase ese germen que sembró el limonero hasta llegar a convertirse
en el gran aficionado que
conocemos hoy en día. Aun hoy no ha perdido esa pasión por experimentar.
Como otros muchos aficionados en sus momentos
iniciales sólo regaba , ni trasplantaba ni abonaba, ni se preocupaba por el
suelo o por las posibles plagas. Su ignorancia como en tantos otros casos era
enorme pero, su inquietud le llevo
a leer y a buscar sobre el tema
siguiendo con la afición; esta vez con unas higueras.
Al poco se propuso “recuperar” su primera
pieza, una “Jacaranda” que crecía en el tronco de otra mayor de otra espacie, y
hoy en día sigue con él. (Por
entonces aún era más Argentino que Gallego je je ). Estamos hablando de Buenos Aires
– Argentina . . . . . . . . año
1978 . . . . . . .
Pasaron unos años y cruzó el charco, recalando
en una esquina del Oeste Europeo, Galicia. ¿donde sino?. Si Japón es la tierra del Sol
naciente, Galicia es la tierra del Sol poniente. El Astro despierta todos los
días en Japón y se va a acostar a Finisterre – Galicia (como decían los
antiguos Finis Terrae )
Recalado en Galicia continúa con su afición y
comenzó a leer las revistas, dándose cuenta que esto del bonsái tenía una dimensión mayor de lo que creía. No nos olvidemos que por aquella época no había internet y
las únicas fuentes eran las escasas revistas y libros que uno podía encontrar
por aquel entonces.
Llega el día en que entra en contacto con nuestro amigo Pepe Leira, que por
entonces era el presidente del Club Bonsái Vigo y empezó una bonita amistad que
ha ido creciendo año a año a la par que sus bonsáis. Empezó aquí una actividad
frenética con el fin de adquirir más y más conocimientos. Exposiciones, cursos, talleres,
invitación al club de maestros nacionales para aprender sus técnicas y secretos
. . . . . .
Viajes y más viajes a Madrid (Con la carretera de entonces) para
asistir a los talleres que impartía Luis Vallejo y dar así un salto cualitativo. De
la mano de Luis Vallejo tuvo al mejor maestro para introducirse en el mundo de
los pinos, las hayas, los arces, el bonsái, su cultivo, su espíritu, . . .
Llega así el año 1996, se Organiza el concurso
de Nuevos talentos y se presenta. No gana pero, lejos de desistir, se prepara
más a fondo, se presenta en la siguiente edición y tiene la suerte de ganar;
empezando así una etapa ganando el
primer premio en los concursos nacionales de Salamanca y Silleda . . . . . . .
En su afán por seguir aprendiendo, visita a
los maestros ingleses Colin Lewis y Harry Tomilson; referencias del bonsái
Europeo de la época. ¡¡¡¡¡Muchos estábamos alucinando con sus libros y Jorge
daba un paso más y se iba a visitarlos!!!!!
Llega el año 1999 y participa en el Congreso
Europeo del Bonsái representando a España, sigue asistiendo a cursos, comprando
y estudiando todo libro y revista que aparece en sus manos, empieza a publicar
algún artículo, en la chimenea de casa lucen cada vez más premios, viaja a
Italia y Francia haciéndose amigos de algunos maestros de esos países, va a la
Scuola de Salvarore Liporace, . . . . . . .
A así a lo tonto llegamos al año 2000 cuando
su afición vuelve a dar un salto cualitativo.
En el año 2.000, hace ya 14 años, acompañado de Luis Vallejo y de David Benavente, visita Japón con motivo de la publicación por parte de Luis Vallejo de su libro de Bonsái.
Visita el jardín de Kimura, el de kato, a Daizo iwasaki, y se trae a casa las fotos que le sirven para recordar ese mundo del bonsái que se le abre ante sus ojos.
Comienza a participar en la Ginkgo Bonsai Award junto con Luis
Baliño, otro “veterano” del Bonsái Gallego. Era frecuente ver por esas fechas artículos suyos y fotos de sus árboles publicados en los libros y revistas de bonsái
En España, visita a todos los maestros de la época, desde Felipe Recio, a Ángel Mota. Así como Luis Vallejo lo introdujo en el mundo de los pinos;
fué Angel Mota el que hizo lo suyo con los olivos, “ullastres”. Vaya par de escuelas.
Conoce a Marco Invernizzi en casa de Kimura, cuando era aprendiz,
y con el que entabla una muy buena relación, que se acrecentó a lo largo de los años, con una visita anual a Galicia para hacer un taller.
Repite viaje a Japón con motivo de la 80ª exposición Kokufu Bonsai Ten,
pues en esa oportunidad fue doble. El grupo de Galicia estaba compuesto por
Luis Baliño, Pépe Leira, Eliseo Pedrosa, Tito Ribeiro y Joaquín Lamas
de Asturias. Se unen al grupo español con José María Rubio y Javier
García Manso, Felipe Recio, y otros tantos amigos… Vaya tropa
Con Baliño, viaja por toda europa, para ver exposiciones, y hasta
para en el 2005 participar en un concurso de técnica bonsái, donde quedan en 2º puesto, algo que apenas se comentó aquí en España. Un gran éxito para el bonsái español de la época
Hasta estos momentos, todo iba según lo planeado, pero un día lee en
la revista europea, que Danny Use contrató a un maestro japonés, y
segundo discípulo de Masahiko Kimura, don Takeo Kawabe. Esta noticia iba a suponer un nuevo salto cualitativo en su afición.
Se proponía trabajar dos veces al año, en las instalaciones de la Ginkgo, en mayo y octubre durante cinco años.
Se une a Baliño en la aventura y para Bélgica se van los 2
Ese día cambió su visión del Bonsái.
En palabras de Luis: “creíamos que sabíamos algo, pero el bonsái iba
en una dirección y nosotros en la opuesta…”.
Así de rotunda fue su impresión.
Ya han pasado casi 10 años desde entonces y todas estas evoluciones le han llevado a una vivencia del bonsái muy diferente de cuando empezó.
Su visión y forma de cultivar ha cambiado. El tiempo se ha detenido, y ya no importa esperar, se han ido las prisas por “tener” y conocer la “meta” de cómo es un Bonsái sano y vigoroso.
Doblar una rama con mucha rafia, tensores, palancas, a menudo la debilita tanto que luego tarda años en recuperar el vigor…cuando lo correcto hubiese sido injertarle ramificación en su base…
Un árbol recto con ramas como “S” comprimidas tres y cuatro veces para acercar el verde sólo vale para las fotos, pero que no es una imagen bonita. Es un artificio.
Nuestras famosas discusiones acerca del frente, milimetrado, cada uno colocando un palito… Kawabe decía que un árbol tiene un ángulo de 30 grados de un mismo frente, y que con el devenir del “proyecto” de bonsái, ya le iremos viendo y precisando su posición, pero que encontrarlo 5 o 6 años antes de estar acabado, no era importante.
Lo que era importante, según explicó kawabe hasta la saciedad, era saber
tres cosas:
1. Qué hay que hacerle al árbol.
2. Qué se le puede hacer.
3. Qué no se le puede hacer.
Son tres cosas que sabiéndolas, podemos avanzar en la senda del Bonsái.
Y así está ahora Jorge. Repartiendo el tiempo libre que le deja su trabajo entre la familia y el Bonsái. Acudiendo y participando en eventos de primer orden Europeo.Los últimos en la European Bonsai - san en Saulieu/ Francia y en la Niemeyer de Asturias. Siempre que puede con una escapada a Japón para poder seguir avanzando.
A diferencia de otros muchos aficionados que ya han alcanzado sus metas, Jorge sigue evolucionando igual que sus árboles y sorprendiéndonos y abriendo nuestro espíritu crítico una y otra vez que nos encontramos.
Mostrando su, a veces, particular forma de ver este arte.
Mostrando su, a veces, particular forma de ver este arte.
Ese es Jorge. La historia de un aficionado que empezó, como otros muchos, con su primer "perejil" hace muuuuuchos años pero al que su constancia, espíritu crítico y ganas de aprender cada día más, le ha llevado a ser hoy por hoy por méritos propios uno de los grandes pesos pesados del bonsái en España.
Solo queda recalcar otra faceta suya que trasciende al bonsai, sus dotes de comunicador nato y una amabilidad y humildad que no encontramos en gente con mucho menor bagaje. Cosa que hace que cada día que se pasa con el hablando de bonsai sea una experiencia ademas de un placer.
Solo queda recalcar otra faceta suya que trasciende al bonsai, sus dotes de comunicador nato y una amabilidad y humildad que no encontramos en gente con mucho menor bagaje. Cosa que hace que cada día que se pasa con el hablando de bonsai sea una experiencia ademas de un placer.
Sencillamente magnífico, increíble... Y no me refiero a los árboles que lo son...me refiero a la persona :-)
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto Fran, es una gran persona, sin duda.
EliminarUn abrazo
Gran artículo, gracias por acercarnos un poco de la historia del bonsai en España a través de un grande.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Daniel.
EliminarEs bueno ampliar nuestra vision de lo que se hace por ahi fuera viendo los trabajos de otra gente.
Un abrazo
Impresionante.
ResponderEliminarSe os echaba de menos.
Un abrazo.
Gracias Angel, palabras así son lo que nos animan a seguir.
EliminarUn abrazo
Buen articulo. Gracias por acercarnos a la persona y conocer lo que hay detrás de sus bonsais
ResponderEliminarEs una de esas colecciones que se disfrutan viendo pero sobre todo hablando con su creador.
EliminarUn saludo Sergio.
Fantástico reportaje, enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Avelino.
EliminarUn saludo
Un reportaje para ponernos los dientes largos, otra excusa para volver a tierras gallegas.
ResponderEliminarJeje la excusa perfecta se llama marisco, el resto aporta diversión.
EliminarUn abrazo Joan