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miércoles, 18 de febrero de 2015

A GOLPE DE PIEDRA , tercera parte, saltando al vacío.


Después del fiasco absoluto del primer intento tocaba pensar como arreglar el desaguisado. O cambiamos de rollo y hacemos otra cosa o perfeccionamos la técnica. Y como a tercos no nos gana nadie no vamos a desistir sin intentarlo al menos... 8 o 9 veces más.


Lo cierto es que ni idea de como solucionar el tema, así que tocaba experimentar y devanarse un poco el seso.








Aquí podemos ver el trabajazo que hicimos en la ocasión anterior. Como para contarlo. 






Lo mires por donde lo mires no hay por donde cogerlo. 
















Que mala es la ignorancia, pero es que nadie nace aprendido. Este no es más que uno de los mil errores que hemos cometido, y no será el ultimo.


Vamos allá con una nueva idea que hemos tenido, preparamos nuevas piedras y nos ponemos manos a la obra. 






Retiramos la pasta de arcilla que pusimos anteriormente y limpiamos lo mejor posible. 








Preparamos también piedra menuda para disponer de diferentes calibres y poder realizar de nuevo el encaje. Sabemos que los japoneses también montan sus piedras a medida para diferentes trabajos. Nosotros vamos a hacer lo mismo con la nuestra y a nuestra manera. La técnica que usan ellos es diferente, condicionada por la textura tan agreste de la roca volcánica que usan, para la nuestra tendremos que improvisar algunos pasos. 





Grano medio.




Grano fino




Esta vez vamos a hacer algo más sólido. Pero a la vez creíble. 




Usaremos cemento rápido, se encuentra en cualquier brico en paquetes de 1 kg.
Hay que prepararlo en pequeñas cantidades cada vez ya que dispondremos de unos 10 minutos máximo para usarlo antes de que se endurezca. 






Hay un paso que olvidamos de fotografiar. Antes de colocar de nuevo las piedras pusimos unos enormes tornillos de acero inoxidable atornillados al tronco y cuyas cabezas se alojan entre las piedras, para que una vez unido todo el conjunto no se separe del tronco ni siquiera en un trasplante. 






Aplicamos el cemento bien diluido para que penetre bien, al que previamente habíamos añadido piedra de grano medio. 




Antes de que seque añadimos mas piedra de grano medio entre todas las grietas, toda la posible, bien incrustada. 




Volvemos a añadir más cemento para rellenar entre estas piedras pequeñas, no os preocupéis de que se manchen o las cubra el cemento, de eso nos ocuparemos luego, dentro de tres minutos, después sera tarde. 




Ahora necesitaremos piedra de grano más fino aun, hay que rellenar los huecos que quedan entre las de grano medio. Con un martillo de madera podemos ir compactando la amalgama que estamos creando. Es casi como poner zahorra en un camino para asfaltar posteriormente. 






Aplicamos esta piedra en varias capas, todo esto ha de hacerse rápido. 






Al terminar de poner las piedras finas extenderemos polvo de piedra por encima, esto nos va permitir retirar el cemento de la piedra con más facilidad. 






Ahora comenzamos a limpiar. 




Vamos retirando el cemento que ya esta seco pero no endurecido en exceso con un cepillo duro de modo que van apareciendo los granos que habían quedado cubiertos de cemento. 











Preparamos más grano fino para repasar las juntas y mejorar el acabado. 




Mojamos el cemento de forma que se ablanda y así podremos incrustar las piedras mejor, podremos más cemento donde sea necesario. Esto puede suceder varias veces durante este paso, todo depende de lo exigentes que seamos con el acabado. Piedra+cemento+limpiar, las veces que sea necesario. 





Una vez rematado este paso solo nos queda dejar secar el cemento para que podamos hacer el paso siguiente sin arrancar los granos colocados previamente. 














Al secar tenemos este aspecto, ahora tenemos que retirar el cemento que se ha echo evidente en toda la superficie, la naturalidad del trabajo residirá en que no quede nada de cemento a la vista en ningún lugar, vamos a por ello. 








Tiramos de cepillo de alambre y comenzamos a repasar poco a poco.





Todo el cemento superficial ha de cepillarse hasta que desaparezca.








No insistiremos mucho entre las piedras pequeñas o conseguiremos arrancarlas ya que el cemento aun no ha fraguado del todo




Hemos retirado el cemento de la superficie de las piedras grandes, ahora vamos na resolver las juntas entre las pequeñas.




Para eso usaremos un cepillo de Nylon duro. Como ha transcurrido tiempo el cemento ha de ser mojado para ablandarlo un poco y retirarlo sin arrancar las piedras más pequeñas.





Poco a poco va desapareciendo y queda limpio. Con esto queda rematado de momento , habrá que esperar un día para poder dar el toque final. 








Al día siguiente con el cemento ya endurecido vamos a afinar el trabajo. Con un utensilio de acero de dentista vamos a retirar todo el cemento visible entre las piedras hasta entre las más pequeñas. 









Trabajaremos como un arqueólogo perfilando un fósil. 













El truco para que no quede chapucero es que no tenga cemento a la vista. 





Arriba vemos como ha quedado tras el trabajo, abajo tan solo unos meses después. 

















 


















Y así luce a día de hoy, y aunque en lo que respecta a la forma tal vez podríamos mejorar su aspecto el acabado es muy bueno y solo cuando mencionas que se ha creado a mano la gente percibe que no es natural. 
Esperamos que este trabajo os pueda servir de referencia para aquellos arboles que necesitan un ¨toque ¨ para mejorar.