Hemos visto en esta serie, hasta la fecha, doblados de ramas de diferentes especies, longitud y grosor.
pero . . . . . . . ¿hay casos imposibles? ¿cual es el limite? ....
¿Que hacer cuando el grosor de la rama/ tronco es excesivo y la madera muerta nos impide doblar?
En este caso lo que nos queda es el doblado al estilo de EL TIM, es decir, por cojon . . . .
En el caso de hoy os ponemos una sabina ya conocida . Un día nos tuvimos que plantear que hacer con ella y nos encontramos con el problema de como doblar una rama de ese calibre.
Estamos hablando de una rama con un calibre como una botella de 2 litros, todo madera y una amplia vena viva.
La pieza es imponente, excepcional, de una calidad difícil de discutir, una de esas piezas que difícilmente te haces con otra igual en toda la vida.
Esto añade un plus de responsabilidad y como no, de miedo a que las cosas no salgan bien. Así que aunque parezca que lo que vamos a hacer tiene poca ciencia, estuvimos muchas horas dándole vueltas a otras alternativas, estudiando otras posibilidades menos ¨creativas¨. Pero un ejemplar como este merece intentar sacar todo el partido y no dejarlo en una pieza mediocre.
Aquí podéis haceros mejor una idea de la complicación que tiene este doblado, del árbol, claro.
Esta es la posición elegida, añade un porte contundente al árbol y pone de manifiesto toda su potencia.
La rama de la izquierda se eliminó del diseño, no era aprovechable ni doblando, por lo que nos vimos obligados a doblar la de la derecha de la foto (la más gruesa de las dos con mucha diferencia)
También eliminamos el enorme jin que salia hacia el frente, no pintaba nada.
Tras ello, la decisión tomada consistía en acercar la masa de verde al tronco, para lo cual, como se indica en la foto superior, había que doblar la rama hasta juntarla con el tronco, necesitábamos ese verde mas cerca del tronco.
Aquí no vamos a tirar ya de los métodos convencionales, al igual que en casos posteriores que iremos viendo. Se imponen medidas más.... contundentes.
Para ello es vital saber por donde va exactamente la vena ya que vamos a ir hasta la rotura. También es vital que la vena quede en la parte de la curva por donde se cierra esta, por el interior, para que de este modo el pliegue sea posible. Las venas se pueden comprimir mucho, pero distender muy poco.
Es tanta la distancia a plegar que el gato se nos queda pequeño, pese a que usamos uno acondicionado para la ocasión partiendo de uno standar de carpintería muy largo, por lo que nos vimos obligados a realizar una extensión del mismo con alambre de cobre . Como veis no hay rafia, ni gomas, nada....
El anclaje, como siempre, con todo el cuidado, para que no se apoye sobre la vena viva y cuidando en extremo que no pueda escaparse de su posición ya que va a soportar una tensión extremadamente elevada, si resbala y pilla la vena podemos perder el árbol.
Tenemos que reforzar los tirantes pues con la presión comienzan a ceder.
Y así, poco a poco... apretamos.
7 vueltas y paramos un poco para ver por donde va estallando la madera,y así vamos repitiendo el proceso una y otra vez. Despacio y en silencio absoluto, escuchar el sonido de la madera aquí es muy importante.
Todo cuidado es poco. La rotura tiene que ser correcta sin llegar a la vena viva.
Para meterse en este sarao hay que tener en cuenta muchos factores, entre ellos entender como funciona la madera de cada especie y más exactamente , adivinar, como lo hará cada caso. Esto exige un mínimo de experiencia con la especie que tenemos entre manos, no porque el trabajo sea un despliegue de ingeniería, todo lo contrario, sino porque al carecer de elementos de protección todo el proceso se basará en nuestro tacto y habilidad a la hora de realizar el trabajo.
Si no acertamos por donde, cuando, cuanto y hasta donde romperá la madera podemos perder el árbol.
poco a poco
poco a poco, siete vueltas más
Llegamos al final por este día.
Al cabo de unos meses, tras la recuperación procederemos a ajustar un poco más la doblez.
Os ponemos las 2 fotos juntas para comparar el antes-después
¿a que no ha sido tan complicado ni peligroso?
O si.....
antes
despues
En la foto no parece mucho. Peeeeroooo.... Quizás las siguientes fotos ayuden a apreciar la magnitud del trabajo y la compilación del mismo.
El árbol se ha partido....TOTALMENTE.
La rotura fue total, pero controlada desde el principio, creamos vectores de rotura que guiaban la misma teniendo en cuenta las vetas naturales, ya que no se puede ir contra ellas. Se controla donde comenzará a romperse y hasta donde. Los tensores limitarían el recorrido impidiendo una excesiva abertura accidental .
Si dejas algo al azar te puedes encontrar con sorpresas desagradables. Pese a que podamos creer tener la experiencia suficiente para realizar un trabajo así con cierta seguridad el tomar ciertas precauciones añade un extra de sensatez que nunca está de más. Decir luego que ha sido un accidente o que no lo esperabas no es un consuelo para el dueño del árbol.
Con mucha frecuencia vemos trabajos espectaculares que terminan en defunción.
Para ese viaje no hacen falta alforjas.
La rotura es de 90º, da miedo.....
Como podéis apreciar en la rotura hemos ido al extremo, quedando la copa aguantándose casi solamente por la vena. Se ha anclado con alambre de cobre grueso con el fin de que la vena no sufra hasta que empiece a fortalecerse para aguantar el peso de la copa.
Pero . . . ¿Y la vena?
El principio de la rotura nos tenía muy preocupados por si iba directamente hacia ella, pudiendo romperse, pese a todas las medidas que habíamos tomado, el riesgo 0 solo existe cuando no haces nada. Esto nos obligó a cambiar la dirección de la compresión en varias ocasiones y a redireccionar la tensión y guiar la rotura con la ayuda de una gubia cada vez que que se desviaba de nuestra previsión.
A medida que se rompía se afianzaba cada paso, si retrocedes y vuelves a tirar la vena sufre enormemente por la compresión/distensión y puede llegar a desprenderse.
Con cada paso se comprueba el alcance de los daños, hay un margen que es asumible, conocer el limite es el secreto.
La revisión de la vena de forma pormenorizada durante todo el trabajo nos ha dado una tranquilidad durante la realización del mismo. La parte rota de vena no era tal. Era corteza ,sin vena viva. La vena no sufrió rotura alguna por lo que podemos calificar el trabajo de éxito. Teniendo en cuenta el vigor de la planta y el ancho de la vena podíamos haber asumido una perdida de hasta un 25% de la misma, lo ideal era 0, y después de los tremendos crujidos de la madera al romperse, que nos hacían encoger los hue...., ese 0% logrado era un éxito completo.
Muchas veces nos preguntan si no hubiera sido mejor realizar un injerto de verde y evitar una acción tan peligrosa. Esa era una opción descartada desde el momento inicial. Hemos conseguido una pieza con mucho más dramatismo y con un movimiento y madera con gran naturalidad y totalmente integrados en el diseño. En este caso el riesgo ha supuesto un nuevo camino para esta pieza mucho mas interesante, más potente. Esto no quiere decir que en otros casos sea más interesante la opción del injerto.
Después de esto..... descanso para la planta, paciencia y a ver que pasa.
Así era al principio.
Así al terminar ese día.
Así unos meses más tarde, tras un aclarado y una colocación básica, ademas de un trasplante.
Y así durante la siguiente brotación, es evidente que todo a ido bien.
Vuelvo a insistir en una de nuestras reglas más sagradas.
¨No se trata de que el árbol se recupere, se trata de que no se entere¨.
Hacia ahí han de encaminarse todos los esfuerzos.
Hoy el trabajo esta mucho más evolucionado, pero eso ya es otra historia.
El próximo día más y .....
¿mejor?