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jueves, 30 de mayo de 2013

EL DOCTORTIM (REPOSICION) EFECTO DE LA TEMPERATURA






Recién salido del horno de nuestro departamento de I+D+I  os adjuntamos el primero de los posts de esta serie (De algo tiene que valer el tener una bióloga experta en plagas, enfermedades y otras cosas raras) en El Tim , vamos , que es la de los bichos. 

Como podréis ver a continuación son secretos secretísimos que muchas veces no caemos en ellos y le damos vueltas  a mil y otras posibilidades. Por lo general la solución a un problema es bastante más sencilla.

E M P E Z A M O S 

Cada variedad de nuestros bonsáis, para poder desarrollar sus funciones, precisa  que la temperatura ambiente  esté comprendida entre un límite máximo y uno mínimo por ello, el calor puede ser nocivo tanto en exceso como en defecto.  Hasta aquí todo claro aunque muchas veces ni nos lo hemos planteado.


En nuestro bonsáis tenemos que tener mucho más cuidado que en el caso de plantas en la naturaleza por estar nuestro espacio vital reducido a una maceta  que tiene un efecto directo sobre la temperatura del suelo pudiendo llegar a dañarse las raíces. Las macetas transmiten ese calor directamente a las raíces; cosa esta que no ocurre en la naturaleza .

(Sobre las macetas va a dar para hablar un post entero. Hay muchos ceramistas haciendo macetas   pero no muchos de ellos tienen bonsáis por lo que en algunos casos son muy bonitas pero . . . . ¿Buenas para el cultivo y salud de nuestro bonsái??)

Sobre el efecto de la luz y el calor del Sol sobre nuestros bonsáis hay una regla muy sencilla.

Un Sol fuerte en verano provoca una fuerte luminosidad y un calor intenso.

Al actuar los rayos solares sobre nuestro bonsái aumenta su transpiración emitiendo vapor de agua.

Este vapor de agua  tiene que reponerse  absorbiendo una cantidad igual por las raíces. 

Si la cantidad que se absorbe por las raíces es menor que la que se evapora  se crea un desequilibio  entre follaje y raíz peligroso  y que, en casos de bonsáis débiles puede ocasionar la muerte. 

Hay que tener un especial control en nuestros bonsáis trasplantados este año que aún no tienen el pan de raíces desarrollado.

Aunque en nuestro jardín / terraza/ balcón tengan un sitio precioso, hay que cambiarlos frecuentemente de sitio para que cambie su orientación y el Sol vaya actuando uniformemente por todas partes. 

También tenemos que procurar en aquellas variedades más sensibles protegerlas del sol intenso  es esos meses más duros, con un sombreado parcial, no privándolos del sol.

Cuando no podemos regar varias veces al día tenemos que tratar de situarlos en un lugar donde aguantes hasta nuestro riego. Si vemos que aún así es difícil, podemos ayudar aplicando en dichos meses musgo de fibra larga en la superficie de la maceta.


Otro problema con el Sol fuerte es la enfermedad que podemos llamar “Escaldado”. Hay variedades que necesitan de una temperatura suave para dar tiempo a una acumulación de reservas. Un exceso de temperatura puede frenar este proceso dando deficiencias en el crecimiento y parones en el mismo (Ej con los arces palmatum que en ocasiones  si hace mucho calor se frena el desarrollo).



El efecto contrario al exceso de luz y temperatura son las Heladas. 

Hay plantas que son de zonas más templadas que pueden morir cuando la temperatura baja de los cero grados. En bonsái esto se agrava al estar en una maceta.

Si el descenso de temperatura es rápido los efectos los vemos rápido. Al congelarse los jugos del interior de la planta aumenta su volumen lo que provoca  la rotura y desgarramiento de los tejidos que pueden provocar la aparición de zonas necróticas  que facilitan  la infección de nuestro bonsái  por parásitos de todo tipo.

Pero, si el descenso de temperatura es lento, los daños pueden llegar a ser mucho más graves. A medida que desciende la temperatura  aumenta la turgencia y, al llegar al límite de extensibilidad de la membrana, , expulsa el agua sobrante del jugo celular que,  como ha sido filtrada por el protoplasma y ha de atravesar la membrana celular, es casi pura y congela los espacios intercelulares dando a las ramas un aspecto vítreo . La helada actúa por tanto como un deshidratante.

Por todo esto el control del riego es tanto o más importante en épocas de temperaturas bajas como en las de temperaturas altas. En la época de heladas hay que regar con mesura pero con cuidado de no quedarnos cortos, teniendo muy en cuenta la hora del día de riesgo  valorando la temperatura en ese momento y la prevista en las próximas horas/ días.

Hay que tener también mucho cuidado con el deshielo. 

Si este se  realiza poco a poco  las células van absorbiendo poco a poco el el agua y los elementos anatómicos vuelven a reconstruirse  poco a poco. 

Si, por la contra, el deshielo es rápido, no da tiempo a la reabsorción del agua expulsada, por lo que  la turgencia de la célula es deficiente y al reanudarse la vitalidad como consecuencia del aumento de la temperatura, se intensifica la transpiración y como en los casos de mucho sol y fala de agua, nuestro bonsái se marchita y muere. 

Está claro que nuestros bonsáis no mueren siempre por las heladas pero, lo que si es un hecho es que los debilitan. 

Incluso en el caso de bonsáis que aguantan perfectamente el frío están mejor si en pleno invierno se resguardan. No ganamos nada por tenerlos a la intemperie. Se entiende que hablamos de zonas con frio extremo.

Hay que tener especial cuidado con las Heladas tardías de primavera (Son las más peligrosas) cuando nuestros bonsáis están recién brotados y con las raíces tiernas.  

En Galicia empieza a ser habitual que en marzo venga una semanita de fuertes fríos y temporales con granizo (Por fastidiar aún más) que revientan el arranque del año. 

Nosotros estamos atentos y cuando hay aviso en el parte del tiempo ale, a carretar y ponerlos a cubierto en la medida de lo posible.

No siempre es posible tenerlos resguardados  pero lo que si debemos hacer es fortalecerlos para que aguanten  mejor este estrés. Hay en el mercado productos que fortalecen las paredes celulares, otros de fortalecen a las raíces para soportar mejor  las heladas. Son como una buena alimentación para un deportista, cuando se exige un esfuerzo extra hace falta alimentación extra. 

Aparte de los daños por exceso de calor o las heladas, la TEMPERATURA  tiene otros efectos que no  podemos olvidar:

Tanto los bonsáis  como los patógenos requieren de temperaturas mínimas para poder desarrollarse y poder efectuar su actividad. 

En las regiones templadas, las temperaturas que prevalecen en invierno, a finales de otoño y a principios de la primavera , están por debajo del mínimo requerido por los patógenos, por lo tanto, no se producen enfermedades en esas épocas (Salvo temperaturas anormalmente altas), y las que han logrado cierto avance se interrumpen (De ahí que estamos todo el verano con hongos y llega el  otoño y parecen que se curan cuando lo que pasa es que se aletargan por lo que OJO en la primavera, como Rambo, volverán )

Los patógenos difieren entre sí en cuanto a su preferencia por las temperaturas altas o bajas

El Fusarium nivale requiere temperaturas bajas. La Phytopthora infestans es más virulento en zonas frías (En los subtrópicos sólo sería efectivo en invierno)

La mayoría de las enfermedades se ven favorecidas por la altas temperaturas  por lo que prevalecen en las áreas/ estaciones en las que las temperaturas son más elevadas. Entre ellas destacamos  Monilinia frutícola, Ralstonia solanacearum, Sclerotiorum , Phytophthora citrophora, Fusarium oxysporum, sclerotium  rolfsii.

Respecto a los virus, los que producen amarillamientos y enrollamientos  son más severos en verano  y los que producen mosaicos o manchas anilladas son más acentuados en primavera.

El saber que tipo puede afectar en que época nos va a permitir poder ser más efectivo +/- en el tratamiento y evitar matar  en la medida de lo posible moscas a cañonazos. 

El tratamiento con fungicidas, insecticidas y acaricidas es complicado ya que tenemos que combinar la prevención con la curación. Aunque el secreto es la prevención. 

En el caso de Galicia con el clima que tenemos que favorece todo tipo de pestes, la rigurosidad tiene que ser mayor. 

Nosotros venimos haciendo una calendarización escrita con previsión y aplicaciones de tratamientos, con componentes activos aplicados  y sus proporciones y combinaciones. 

Esta es la única forma de tratar de llevar un control más o menos riguroso y aprender de lo que vamos haciendo. 

Se trata de tener información para que cuando sulfatemos podamos contestar a las preguntas ¿porqué? Y ¿Para que? ¿Qué?


Como dijimos al principio: Cada variedad de nuestros bonsáis, para poder desarrollar sus funciones, precisa  que la temperatura ambiente  esté comprendida entre un límite máximo y uno mínimo.
Si nuestras temperaturas máximas está por debajo de la media necesaria para el buen desarrollo de una especie esta por mucho que hagamos no irá bién. Os pongo un ejemplo: Si donde vivo tengo una temperatura media en verano de 23º-25º con puntas en torno los 30º-32º. Me va a ser difícil tener un buen desarrollo de acebuches, encinas y granados,. Por la contra irán muy bien olmos y arces. El tener especies del primer grupo me va a obligar a realizar un esfuerzo Extra para su buen desarrollo y un tiempo mucho mayor para su diseño.   


Lo que vais a ir comprobando a lo largo de esta serie es que no existen secretos mágicos y  todo se basa en  rutinas de cultivo siempre enfocadas a que nuestro bonsái esté lo más sano posible.

El bonsái es un 95% cultivo y un 5% inspiración de artista.

Con estos posts  tratamos de contestar a las preguntas que nos hacen muchos aficionados cuando estamos por ahí. Cada post por si sólo poco dice. Hay que esperar a que tengamos varios publicados para que veáis nuestro "método" de trabajo que esperamos os ayude y entendáis que cuando no queremos dar una contestación muy concreta no es por guardarnos un secreto mágico, es porque entendemos que el secreto no está  en un producto o una marca sino que está  en una pauta  en el cultivo  teniendo en cuenta muchos factores.  También hay que decir que no hemos descubierto nada nuevo, es algo que los agricultores profesionales vienen realizando desde que el mundo es mundo. Y como siempre habrá varias formas de llegar al mismo objetivo. 

A la vista de estos posts entendéis que no es lo mismo en Vitoria que en Coruña que en Sevilla o Medina y no es lo mismo según el estado de salud, forma de regar, situación, etc. Esperamos que al acabar esta serie  os sirva para que toméis lo que os parezca válido y dejéis lo que no lo es,  adaptando la metodología a vuestra situación  personal.

Dentro de lo complicado que pueda parecer esto, que lo es, fijaos sino en que están los foros llenos de problemas de todo tipo, de aficionados que no llegan a comprender a veces porque se mueren sus arboles, hay que intentar simplificar el método, y esa es la parte mas complicada .

Por otro lado las cosas que entendáis que puedan ser un error siempre agradeceremos opiniones encontradas e información al respecto. Es la única forma de evolucionar.  

Si sólo nos regalamos los oídos nunca evolucionaremos.

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