No nos cansamos de decir una y otra vez el vuelco que ha pegado el museo en estos años con la exposición pública cada vez de más y mejores bonsáis de la colección privada de Luís Vallejo. Los cuidados de Alex y Julio y, muy especialmente desde la llegada de Mario Komsta al Museo son otro punto a tener muy en cuenta.
Se nota la pasión y dedicación al trabajo en cada una de las piezas expuestas, las macetas, los detalles, . . .
Un trabajo que va más allá de un simple trabajo de 8 a 3. Se nota la planificación en la evolución de las piezas, el excelente estado de salud, los diseños y, muy especialmente el trabajo del día a día. Ese trabajo poco lucido pero que es el más vital e importante para los bonsái. Los mimos diarios.
Este año hemos tenido la suerte de poder disfrutar en el museo de dicha colección en plena exposición de colorido otoñal. ¿¡Qué más se puede pedir?!
Ya sabemos que somos pesados y que no hace falta decirlo pero, una vez más os lo decimos públicamente. Muchas gracias a Luis Vallejo por compartir su colección y, muchas gracias a Alex, Julio y Mario, así como al resto del equipo del museo por mantener una colección que es objeto de orgullo de todos los aficionados de este País y por tener siempre sus puertas abiertas a todo aficionado que se pasa haciéndole sentir como uno más de vuestra familia del bonsái.
y, como dice el dicho; para muestra un botón
Preciosos ejemplares, el primero, si no me equivoco, portada de la 1ª edición de la revista Bonsái Focus en Español.
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