En el parque de Nara encontramos el Todai-ji y el Kofuku-ji, dos espléndidos templos budistas, el primero de ellos considerado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Una de las grandes atracciones del Todai-ji es su impresionante Buda de 16 metros y las curiosas estatuas de guardianes del templo que lo protegen –y que recuerdan un poco a los malos del manga-.
Otra curiosidad interesante del templo es una de las columnas que lo sustentan, que tiene un hueco no muy grande por el que puede pasar un niño o un adulto delgado; la leyenda dice que todo el que consiga atravesarlo será bendecido con el don de la lucidez en su próxima vida.
La visita a Nara es enigmática; los templos, los largos paseos por el parque rodeados de ciervos y los artesanos de la ciudad consiguen trasladarnos al pasado, con sus guerreros samuráis, sus leyendas y sus bosques de cerezos en flor… Nara es claramente el lugar donde ir a perderse para encontrar el antiguo Japón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario