Vamos allá con esta historia curiosa. Buscando el área de distribución del alcornoque en la península ibérica para hacer este artículo, me encuentro que ni Galicia ni el corredor que desde ella recorre el norte de la península reúnen condiciones naturales óptimas para su desarrollo: es un árbol propio de climas mediterráneos.
Este es su ámbito natural, y Galicia no entra en sus lugares naturales.
No debería haberlos en Galicia, sin embargo es como las meigas, haberlos hailos.
De aquí proviene el árbol protagonista de este artículo.
Como curiosidad decir que este árbol es una rareza para el resto del mundo, ya que no se da en ningún sitio más del planeta. Es el capricho mediterráneo.
Como curiosidad decir que este árbol es una rareza para el resto del mundo, ya que no se da en ningún sitio más del planeta. Es el capricho mediterráneo.
Era el año 2006 cuando fuimos por primera vez a la caza del corcho, nada más bajar del coche me di de frente con este árbol, lo que se conoce como la suerte del principiante.
Me lo traje a casa y se enraizó en greda volcánica dentro de un invernadero. No le gustan demasiado las heladas, y en mi zona caen bastante gorditas. Aunque hoy en día ya no lo protejo, me pareció conveniente hacerlo en un primer momento para ayudar a su enraizado.
Ese año tuvo crecimientos bastante vigorosos, lo que es garantía de su enraizado, el género quercus en general peca de hacer muchas veces brotaciones de las reservas del árbol, hacen brotes cortos y débiles que pueden llevarnos a error, y que nos parezca que el árbol esta vivo, y no estarlo.Es lo que consideramos una brotación fantasma.
Un año después se hizo una pequeña selección y se orientaron los arranques de las ramas, si se deja este trabajo para más adelante las curvas serán feas en forma de arco, algo muy frecuente en muchos bonsai de esta especie ya que se comete el error de querer aprovechar sus ramas originales lo cual casi nunca es conveniente. En este primer momento no se hizo una poda drástica, ya que dado la facilidad de la especie a brotar desde atrás la dejamos crecer larga para conseguir los grosores necesarios en las ramas, ya habrá tiempo más adelante para crear la ramificación.
El paso a maceta era un momento al que le tenía mucho respeto, esta especie tiene muy mala fama, son árboles que no destacan por el crecimiento de su sistema radicular, que es más bien pobre, y de los que mucha gente se queja de que suelen dar muchos problemas en los trasplantes.
Había oído que algunas personas defolían por completo los alcornoques antes del trasplante para intentar reducir el estrés de la planta, yo lo que hice fue aprovechar para realizar la poda drástica que necesitaba para iniciar la ramificación desde más atrás.
El árbol respondió espectacularmente a la poda y al trasplante y solo unos meses después estaba alambrando en tierno.
En un primer momento se había diseñado con otro frente y a raíz de eso había quedado un pequeño defecto, era hora de solucionarlo antes de que fuese a peor.
El ápice estaba ligeramente desplazado hacia atrás y hacia la derecha, era necesario moverlo por lo que se ideó un pequeño sistema de palancas.
Es una especie bastante flexible, que además tiene la protección de una corteza gruesa y esponjosa que nos permite dobleces bastante importantes. Hay que tener en cuenta que el calibre real de la madera es a veces menos de un tercio de la que vemos con la corteza.
La poda drástica se siguió haciendo todos los años, cortando a dos nudos, eliminando las ramas mal colocadas y dirigiendo el resto con el alambrado, un proceso lento pero necesario si queremos crear una ramificación de calidad.
No vale la pena perseguir una bonita silueta a costa de sacrificar una ramificación ordenada y con buena conicidad.
Y así han ido pasando los años poda tras poda hasta obtener una ramificación ordenada, con un grosor de ramas adecuado y con una buena conicidad, solo queda pasarlo a una buena maceta y crear la ramificación fina, es el ultimo eslabón.
Os contamos también como hemos solucionado uno de los problemas que tenía este árbol, el tronco que continuaba hacia arriba en el momento de su recolección. Los alcornoques no son muy propensos a tener jines y el corte de ese tronco iba a dejar una cicatriz bastante antiestética. tampoco queríamos hacer un sabamiqui, no era un buen lugar y no le aportaba nada al árbol. La tendencia a dejar cualquier madera sobre los arboles hace que algunas veces estos jines no solo no aporten nada, sino que afeen una bonita curva o simplemente sea antiestético.
En la imagen inferior se ve todavía el tronco que eliminaremos.
Como podéis ver a día de hoy no forma parte ya del árbol.
Y este era uno de esos casos, en los que menos es más, en los que mas vale no tener madera que tener una madera fea, joven, y sobre todo nunca nunca trabajada a maquina , este ha de ser siempre el ultimo recurso. No se trata de renegar del uso de las maquinas, se trata de administrar su uso con inteligencia.
Y pensando pensando.....
en nuestro próximo articulo de trucos y maquillaje la solución.
Vaya cuerpo está cogiendo ese alcornoque. Buen trabajo con el.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si que va ganando con los años.
ResponderEliminarUn abrazo CYD