Páginas vistas

miércoles, 16 de julio de 2014

TIM IN JAPAN Kokufu, día 4. LA REVELACION






TIM IN JAPAN Kokufu, dia 4
LA REVELACION 



Después de tres días de visita ya vamos dándonos cuenta de que el mundo del bonsai no es lo que imaginamos en nuestro lejano occidente. Esto es otra cosa. Hemos visitado Taisho En, la Kokufu, el green club. 
Pero sabíamos que hoy seria un día especial, hoy tocaba viaje a casa del maestro Suzuki y el maestro Iura.

Todos tenemos claro lo que estos nombres significan, pero unas horas después de habernos levantado descubriríamos que nada nos había preparado para lo que estabamos a punto de ver. 

Pronto descubriríamos que habíamos entrado en otro mundo, otra dimensión. 
Un lugar en el cual te das cuenta que cada vez que hablamos de bonsai o alguien habla de bonsai como si supiera algo más valdría estar callado. 
Lo que nosotros entendemos por bonsai y lo que el señor Suzuki entiende se parece como un huevo a unos alicates. 

Este señor hace bonsai, los demás hacemos lo que podemos. 







Pero vamos por partes.

El día comienza muy temprano y muy frío, un día invernal a la escandinava. 
Un desayuno para entrar en calor y nos ponemos en marcha.








No hay ni pisadas en la nieve, eso os da una idea del madrugon que nos pegamos. 
Pero Nagano no esta precisamente cerca. Así que nos ponemos en marcha hacia la estación, hoy toca tren. 













Nervios y sobre toda una ilusión desbordada. La expectativa nos motiva. Sabemos que es nuestra primera gran visita. Pero aun no intuimos el alcance de lo que va a ocurrir.







Hora de sacar los billetes para el ya mítico tren bala, este viaje en si mismo ya es un acontecimiento. 




Estos trenes no tienen nada que ver con nuestro querido AVE.
Estos son totalmente de ficción, son una pasada. 
























Después de observar estas fantásticas maquinas un rato no podemos evitar un momento Treki.





Esta chica podría ser Klingon y llevar la mascara para pasar desapercibida. 





Y llegamos a Nagano, que pese a estar a tomar por saco de Tokyo  esta igual de nevado o más, que friooooo






Pero frío frío frío, del que aquí solo fabrican los de Frigo. 



Esperamos a los taxis que nos llevaran a casa del maestro, que llegaron a los 15 minutos, a toda leche, derrapando, sin cadenas, nadie usa cadenas, para que, si es más divertido ir de costilla...



Y por fin....llegamos a casa de Suzuki.



Peroooooo............. no hay arboles. Pero pero...
De entrada bajón, las numerosas estanterías están vacías por doquier. 
Intuimos que estaran guardados pero todos todos no estarán. ¿Donde metes tanto árbol? a primera vista en invernadero que se ve a un lado no parece que pueda albergar demasiados arboles.






Foto de familia antes de entrar


Y otra nada más entrar. 
un enorme tokonoma preside la entrada, pronto descubriríamos que el arbolito puesto ahí es una chuchería para llenar el hueco. 




Con su habitual amabilidad nos agasajan con unas pastas y te, el ambiente es muy formal y acogedor. 

Teníamos que haber tomado un litro de te antes de entrar para estar preparados para lo que se avecinaba, estábamos a punto de entrar en el Asgard del Bonsai. 



Estamos seguros que cualquiera que atraviesa esta puerta, al igual que nosotros, comprende que el conocimiento acumulado en este recinto supera todas las cotas de valores imaginables para cual colección occidental. Esto no se puede explicar. Hay que verlo, pero eso sera en el próximo capitulo.





2 comentarios:

  1. Desde luego, le dais intriga al relato ;)
    Deseando ver la siguiente entrada!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. coño...me he tenido que poner una bufanda, para terminar de leer el articulo, ¡que frio!!!

    ResponderEliminar